Una mirada sobre lo trágico en "Yesterdei" por Alfonso Gabardina
August 31, 2014
Llegué por calle Irigoyen con mi barba rociada por la llovizna, y con
mi expectativa desbordaba por ver la última función de Yesterdei, cosas
que pasan a la hora de la siesta. Una obra escrita por Florencia
Bergallo, Victoria Roland y Luciano Delpatro, dramaturgo incipiente del
teatro alternativo cordobés. La Conrado Centro Cultural me recibiría con
curiosidad.
Al cruzar la puerta vidriada de la entrada, encontré una antesala
con espectadores de diversas generaciones, dato mayúsculo si pensamos
que el tratamiento de la memoria colectiva era uno de los principales
protagonistas. Sentada frente a mí pude distinguir el relieve de Noemí
Labrune, quien en 1976 fundó junto al obispo Jaime De Nevares la filial
Neuquén de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Una
luchadora incontenible, referente en los juicios contra los militares.
No es accidental su presencia. La función teatral tiene mucho que ver
con su trayectoria de batallas.
Los desaparecidos y lo poético
La presentadora nos hace ingresar a la sala, y nos esperan las
figuras dormidas de dos cuerpos que despiertan en una atmósfera
desconocida, mejor dicho un no-lugar. Creen estar en un agujero o un
pozo, y no tienen certezas si saldrán vivas. La metáfora es perceptible.
La experiencia del dolor que produjo la última Dictadura Militar se nos
aparece en escena pero sin señalarla. El calvario traducido
poéticamente. El encierro se nos vuelve carne por medio de los
personajes de Cristina y Amparo, magistralmente interpretadas por Inés
Hidalgo y Ely Navarro, que nos hacen conmover con sus actuaciones.
Desde los primeros minutos, el éxito de esta representación es que
nos hace sentir el sufrimiento y la angustia de los que desaparecen, de
los que pierden su pasado y su futuro. Una y otra vez la tensión estalla
con las preguntas ¿Dónde estamos? ¿Cómo salimos?, que nos estremecen.
El efecto es contundente en el público, el espanto de la agonía. Aquí me
parece que está el pathos de la obra, dirigida en esta versión neuquina
por Gustavo Lioy.
Lo trágico: El sepulcro de personas vivas
Los personajes se mueven durante el tiempo de la función en un este
espacio perdido, que es como un sepulcro. Se me viene a la memoria la
figura de Antígona, condenada por el rey Creonte a ser sepultada viva.
Éste es el tema dramático que releo en “Yesterdei” en la desdicha de las
dos mujeres. ¿Es ésta la representación artística para mostrar el dolor
como experiencia colectiva? Pienso a cada momento que se construye un
dispositivo eficaz de estimulación de la memoria social de nuestra
historia argentina.
Y se va más allá, el estereotipo femenino que la última dictadura
militar intentó erigir a fuerza de sangre es sólidamente cuestionado.
Yesterdei muestra el desamparo y el tormento de los desaparecidos junto a
otros tópicos que nos interpelan, una visión de género que irrumpe
contra los mitos sociales que se imponen al rol de la mujer; una mirada
magníficamente incorporada a través del uso de muñecos/as, que además
nos muestran un tratamiento crítico con respecto a la inocencia de la
infancia.
En la obra de Sófocles, la tragedia yace en el centro de la acción
como castigo a la mujer que cuestiona la violencia del poder; en la
obra neuquina observo la metáfora del escarmiento a la "mujer
peligrosa", la condena a la "mujer que cuestiona", a la "mujer
revolucionaria", la mujer a la que hay que acallar y quebrantar, a la
que hay que hundir en la sumisión. Una escena más directa nos muestra un
interrogatorio a través de los muñecos, que emula las torturas
militares hacia los prisioneros en los centros clandestinos de
detención. La tortura y la violación son personificadas en la acción
mediante el juego.
La violencia y el nunca más.
La obra es muy nutrida en procedimientos simbólicos para generar
mensajes de consternación sobre la situación de los personajes
desaparecidos, revelando caras de la Violencia para reflexionar sobre
ella. Adquiere gran relieve el dar cuenta de la barbarie pero sin
nombrarla. Las ruinas humanas que generan el encierro y la imposibilidad
de escape hacia la última etapa de la obra erigen acciones
desesperantes por parte de las mujeres atrapadas, donde se pone a prueba
la amistad. Una tensión angustiante marca el ritmo de las escenas
finales donde esperamos el advenimiento de la Justicia, de la liberación
o la muerte, que jamás aparecen.
Lo poético en el desenvolvimiento de los cuerpos y las palabras
resulta atrayente de principio a fin. Con ello además me llevé a casa
una sensación de que la Justicia surge finalmente en nosotros, los
espectadores que aplaudimos fervorosamente este acontecimiento teatral y
que revisamos con ello nuestras prácticas de duelo con respecto a los
desaparecidos en Argentina. La Justicia está en que nos hacemos cargo de
ese ayer, ese “Yesterdei”, que padecimos en el país, para que no ocurra
nunca más. La obra es rica en muchos sentidos, pero esta mirada final
es el tesoro que creo haberme llevado.
http://www.irnosdeboca.com/#!Una-mirada-sobre-lo-tr%C3%A1gico-en-Yesterdei-por-Alfonso-Gabardina/cu6k/CB026FA3-5623-4315-AF5A-32D6EA9E4ECF
http://www.irnosdeboca.com/#!Una-mirada-sobre-lo-tr%C3%A1gico-en-Yesterdei-por-Alfonso-Gabardina/cu6k/CB026FA3-5623-4315-AF5A-32D6EA9E4ECF
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